La mina del Diablo: La adoración al Bien y el Mal en la montaña que come hombres

La mina del diablo es  un documental que nos muestra las duras condiciones que enfrentaban los mineros bolivianos en 2005 (que con algunas variantes se replican en minas de todo el mundo), tradiciones particulares que mantienen los mineros para buscar protección, así como la explotación infantil en toda su crudeza. De hecho, los personajes principales del documental son Basilio Vargas, de 14 años y su hermano Bernardino, de 12 años, quienes están obligados a trabajar para sobrevivir. Basilio funge como jefe de familia y junto a su hermano, luchan día a día para tener pan para ellos y su madre.

La mina del Diablo: La adoración al Bien y el Mal en la montaña que come hombres

El contexto del documental, que ha ganado varios premios internacionales, es ya una entrada al dantesco mundo que viven miles de niños diariamente, enfocándose en el trabajo en la mina «La Cumbre», en Cerro Rico, Potosí, Bolivia, mejor conocida como «La Montaña que come hombres», por la cantidad de hombres y niños que han muerto trabajando en las minas.

Basilio y su hermano menor son huérfanos de padre. Una realidad que se repite mucho en aquellas minas. Él y su hermano deben trabajar duro para ganar el pan diario pero también para ir a la escuela, aunque sus compañeros siempre se burlan por ser «El Minerito».  La esperanza de cambiar sus vidas es reducida y lo saben pero aún así se esfuerzan. Siendo niños, ya entienden que la montaña no solo «mata mineros» en su interior, las enfermedades respiratorias por inhalar el polvo de silice, por ejemplo, pueden acabar con sus vidas antes de los 40 años. Además, saben que la misma discriminación que sufren con sus compañeros, la sufren en la sociedad, pero aún así se esfuerzan…

Cada mina tiene sus historias y leyendas, en cada una existen creencias parecidas, una manera de buscar protección sobrenatural por parte de los mineros. En el documental, conocemos A «El Tío», nombre que le dan a una estatua que hace mucho tiempo, alguien colocó dentro de la mina y que representa al diablo. Todos hacen alguna ofrenda, alcohol, cigarros, algunos sacrifican una llama y esparcen su sangre, buscando protección porque la vida y la muerte en aquella montaña las decide El Tío, amo y señor de aquel espacio.

De esta forma, los mismos mineros que suelen ir a misa y rezar a Dios antes de bajar a la mina, hacen algún sacrificio al Diablo dentro de la misma. Una manera muy particular de «asegurar doble protección». Esto es un reflejo del desespero e impotencia real al trabajar en condiciones donde podrían morir aplastados en cualquier momento. A nivel educativo ideológico, resulta incluso conveniente para los propietarios de estas minas, que los trabajadores siempre acudan a Dios y al Diablo para salvaguardar sus vidas y no a exigir mejores derechos y condiciones laborales.

Estatua de «El Tío», en las minas del documental

Contexto social del documental La Mina del Diablo (2005)

Para entender mejor esta horrible realidad que refleja el documental, hay que conocer el contexto de Bolivia para el año 2005. Los empresarios (particularmente los terratenientes y dueños de minas) eran prácticamente intocables y el respeto a los Derechos Humanos se refleja en una realidad denunciada y combatida por el ex presidente Evo Morales (2006) a pocos años de su primera gestión a cargo del país: En Bolivia se vendían fincas y en el aviso de venta, aparecía la cantidad de indígenas trabajadores en la finca, como otro elemento que variaba el precio del bien.

Es decir, del mismo modo que alguien podía anunciar: «Vendo finca de 120 hectáreas, con 25 vacas», podía colocar en un anuncio público: «Vendo finca de 80 hectáreas con 3 indígenas, 2 varones jovenes y una hembra».

Esclavitud, no hay otra palabra. En esas condiciones fue grabado este documental que se convirtió en una denuncia social y en elemento de estudio, por la impotencia manifiesta en los trabajadores que ponen al mismo tiempo en manos de Dios y el Diablo, su vida. Con muchos datos curiosos, como el hecho de que en el documental los trabajadores manifiestan su deseo de encontrar una buena veta de plata. Siempre desean encontrar más y más, no porque eso les genere más ganancias, tienen un salario fijo muy precario, sacar más plata de una mina hará más ricos a los dueños de la misma… y es el deseo que siempre piden junto al no morirse en la mina.

Las jornadas de trabajo interminables, el sostenerse aguantando el hambre masticando hojas de coca, todo ello deviene de lo anterior, los más pobres se sentían desprotegidos y teniendo a la mina como una fuente que les garantizaba el pan (precariamente), se sucedían generaciones de trabajadores, apenas sosteniéndose con aquel trabajo.

Rituales, símbolos y tradiciones en la mina del diablo

Las ofrendas a El Tío son una parte de aquella extraña simbología que reina entre los mineros. Además de tener varias representaciones de la figura diabólica, los mineros crearon una especie de división. Como si se tratara de la mitología griega, donde Zeus gobernaba en el cielo, Poseidón en los mares y Hades en el inframundo, en aquellas montañas también el inframundo, representado por el interior de las mismas, era gobernado por El Tío.

Esto explica el único permiso garantizado que tienen los mineros en el año, El Carnaval. Durante esos días celebran, explotan dinámita a los lados del cerro, pero nadie trabaja ni se interna en la mina porque «En los días de Carnaval El Tío se suelta y anda por las minas buscando a quien llevarse».

 

 

En el documental, vemos a un viejo trabajador de la mina, explicar que esas montañas se han tragado más de 8 millones de hombres. Esto puede parecer exagerado, a menos que tomemos en cuenta que aquellas montañas de Potosí han sido explotadas durante más de 450 años.

¿Donde está hoy Basilio Vargas, el niño de La Mina del Diablo?

El documental ganó premios, millones de personas han conocido la historia y lamentado la situación pero aunque las condiciones en las minas han mejorado un poco en cuanto a equipos de protección (lo que redujo la cantidad de muertes en la montaña), Basilio sigue trabajando en la mina siendo adulto, apenas con un ingreso extra (mínimo) como guía turístico gracias a la fama del documental. Su madre sigue en la misma casa de paredes de piedra. Su realidad no ha cambiado.

 

Video Documental La Mina del Diablo. El rostro del capitalismo global

 

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